Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, en su vida cambian muchas cosas.
Los cambios
afectan también a la gente que le rodea. Familia, amigos, compañeros de
trabajo, sufren con el paciente, aunque evidentemente en otro plano.
Sin embargo, preocupados como estamos por la salud, hay algo a lo que a
veces no damos la importancia que tiene: El cambio del aspecto físico
que progresivamente se va produciendo por el tratamiento oncológico.
Todos conocemos
estos cambios de aspecto. Los médicos centramos toda nuestra atención
en salvar la vida del paciente y no consideramos demasiado esta
metamorfosis, que, sin embargo, el paciente vive con angustia. Como
ejemplo, el más relevante en este caso es : la caída del pelo.
Sin embargo, para el paciente es muy importante. El aspecto físico habla y dice mucho de lo que somos y de cómo somos.
El aspecto físico
supone una importante inyección de autoestima cuando nos vemos bien,
pero sucede lo contrario cuando observamos un deterioro en él. No
olvidemos que también es la imagen que proyectamos a los demás, y es lo
que nos hace sentirnos seguros - o no- de nosotros mismos.
Nosotros los
cirujanos plásticos sabemos muy bien cuando comprobamos, al
reconstruir una parte del cuerpo afectada por un accidente o por un
cáncer, como por ejemplo una mama, que el beneficio psicológico en
términos de autoestima es asombroso.
Esta autoestima es
absolutamente necesaria para luchar contra el cáncer. Además de
fomentar el espíritu luchador, aumenta los deseos de vivir, lo que
supone una gran ayuda extra.
Por todo ello,
tanto los pacientes como nosotros los médicos agradecemos esta labor de
apoyo a la reparación estética integral. Desde aquí brindo mi
colaboración y respaldo profesional a esta institución, Nàvitu-Estética
Oncológica.
Dr.Francisco Navarro Viana
Médico Cirujano Plástico
Miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica-SEOM
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